#ElPerúQueQueremos

La TV basura no es la única basura en el Perú.

Pero qué cómodo es decir que todos nuestros males se reducen a la tv basura. 

Hay un mojón en el water, que no se quiere ir mide más de un metro, parece un misil, he intentado jalarlo, lo he intentado de partir, no se quiere ir  ¡Es una parte de mí!

Manganzoides - Mojón tv

Publicado: 2015-02-25


La marcha contra la tv basura se ha concentrado solo en la capital hasta el momento, sus principales abanderados –promovidos por la prensa como ninguna otra marcha- son apristas, fujimoristas, ppkausas y, principalmente, el partido nacionalista con nuestro patriótico presidente Ollanta Humala a la cabeza, que no pierde oportunidad en la prensa para mencionarse siempre en contra de la tv basura. Sus demandas al principio apresuradas y desordenadas- “Acabar con la tv basura, ¿cómo? Con una marcha estilo pasacalle- se han simplificado: “Que se respete el horario de protección al menor”. Es decir, de los ánimos confrontadores contra las empresas que lucran con el embrutecimiento, el morbo, el racismo y machismo, se han reducido a una consigna que, sin posibilidades reales, es solamente simbólica, las razones de esto lo encontramos principalmente en los intereses de quienes promueven esta marcha, en comparsa con el del gran capital que es dueño de esa maquinaria esperpéntica que denominamos comúnmente “tv basura”, pretenden embaucar a la población haciéndolos parte de su show mediático para capitalizar políticamente esta bandera de lucha y hacerse menos “impresentables” ante la opinión pública, debido al desgaste que sufrieron por apoyar la antipopular “ley pulpín”

Tanta cobertura a esta “marcha” no es gratis, haciendo un parangón con otras manifestaciones preguntémonos, ¿Cuánto debate nacional marcó la prensa por el proyecto de ley 4008 mejor conocida como la ley de despidos colectivos, que permite reducir el porcentaje de trabajadores para despedirlos y que resta, al igual que la ley pulpín, una serie de beneficios laborales? ¿Cuántos líderes de partidos políticos tradicionales se pronunciaron ante el atentado de pluspetrol contra nuestro medio ambiente? ¿Cuántos noticieros han dedicado unos minutos a informar sobre el ingreso de 3200 soldados norteamericanos a nuestro país en clara violentación de nuestra soberanía?, ¿Cuánto se han dedicado a informar realmente nuestros medios de comunicación lo que ocurre en nuestro país? ¿Lo que hacen y deshacen las transnacionales con nuestras tierras y hermanos peruanos? En vez de ello, día tras día somos bombardeados con noticias de secuestros, violaciones, asesinatos, accidentes y vídeos graciosos de internet –para que sonriamos pues-. Ciertamente no estamos solo ante “tv basura”, también hay prensa basura: Periódicos, radios; música basura, películas basura, etc. En general lo que viene a ser la cultura basura que se asentó con fuerza en el gobierno dictatorial de Fujimori y Montesinos gracias a los fondos del estado. ¡Ah! y -¿por qué no?- no olvidemos que también existen partidos políticos basura.

Tratar el problema del Perú exclusivamente en su decadente televisión es un enfoque pretencioso y errado, el caso es mucho más complejo que eso: Somos los últimos de la región en educación, entre los primeros en exportación de drogas ilegales, altos índices de pobreza –Considerando gracias al ex presidente Alan García que el peruano deja de ser pobre cuando percibe un poco más de 250 nuevos soles al mes- Millones de pérdidas por contaminación ambiental y poco más nos falta para volver nuestra patria famosa por su inseguridad y violencia. Un largo etcétera de problemas irresueltos con los cuales convivimos, y que asolapamos alardeando de las maravillas de nuestro país: El boom gastronómico y nuestro reconocimiento internacional por el crecimiento económico, sin embargo, cabe anotar que nuestros índices de consumo de proteínas, carne y productos de primera necesidad no es para enorgullecernos – Sin ir muy lejos, 47% de nuestros niños menores de tres años padecen de anemia en este momento- y el tan mentado crecimiento económico basado en el PBI es una sencilla falacia, basta con entender que dividir la inmensa suma de bienes y servicios del país entre la cantidad de habitantes no expresa el mismo bienestar para todos por igual, considerando las diferencias abismales de ingresos que refuerzan la desigualdad. En pocas palabras, este crecimiento es solo para los ricos.

Cuando los peruanos que se reclaman de izquierda combaten estas falsas ideas de crecimiento y desarrollo en el Perú no hace falta quien se revele como un verdadero “patriota” y despotrique tildándonos desde terroristas hasta “amargados”, “solo ven lo malo del país”. No es que nos guste decir estas cosas, pero es necesario decirlas frente a la complacencia en que se sume a la población peruana con clara pretensión de mantenerla sumisa, ignorante y desunida, un hecho constatado que solo favorece a falsos patriotas empresarios que, basados en la ideología pragmática y utilitarista, sólo se preocupan por sus intereses particulares en detrimento del bienestar de la patria, por eso tenemos lobbys empresariales y tantos intermediarios bien remunerados agolpados en la derecha, cuidándose entre sí de las investigaciones, y embaucando, embaucando con todos los medios posibles, legales e ilegales, al pueblo para volver a elegirlos.

Es muy saludable que luego de más de dos décadas, una nueva generación de jóvenes tenga el coraje de salir a las calles y decir que el actual estado de cosas no está bien, exhortando a todos a luchar por nuestros derechos, generalizando la consigna de acabar con el modelo neoliberal, es decir, ya no es solo una pataleta de unos cuantos como pretendía hacer entender a la población nuestra mercenaria prensa, es un hecho irrebatible que cada día este modelo está más lejos de estar en armonía con el desarrollo del Perú, con los intereses de la clase obrera, incluso golpeando a la pequeña empresa y la industria nacional. Para forjar y encausar este movimiento hacia un cambio, con principios morales de consecuencia y democráticos, no es suficiente indignarse por lo que ven nuestros niños, indignarse por cuánto nos roban o cuánto nos mienten, la indignación es un pequeño impulso que se agota, se desgasta, al igual que las marchas. De lo que se trata –y la historia lo demuestra- es que esa indignación se convierta en organización política, que exista vocación de poder del pueblo mismo, que no dejemos que nuestro destino lo maneje a su antojo el poder económico sin tener en cuenta al ser humano. No existe ese empecinado en llamar “clase política” a una élite de ricos, política hacemos todos, recuperemos ese derecho con audacia y espíritu de humildad, organizándonos en partidos, movimientos, sindicatos, gremios, etc.  Nutriendo con ideas, predicando con ejemplo y combatiendo las malas prácticas, construyendo así una alternativa política para nuestra patria. No limpiando nuestra conciencia “luchando” cómodamente contra la tv basura y desestimando otra problemáticas de mayor prioridad por el solo hecho de ser confrontativos con el poder, hay que confrontar el poder, perdiendo los miedos y eliminando de nuestro norte las “ilusiones” de acomodarse con el mismo, para combatir la basura no reproduzcamos sus premisas.

https://www.youtube.com/watch?v=8wWQ_tvHksM


Escrito por

Erick Salcedo

De izquierda, estudiante y escritor.


Publicado en

Reinado de la basura

Artículos sobre la decadencia capitalista. Intentando construir alternativas.